Viajar con niños ahora es posible

Uno de los mayores problemas cuando queremos desconectar es qué hacemos con los niños. No porque no queramos llevarlos con nosotros, sino porque no todas las actividades y no todos los alojamientos están adaptados y preparados para albergar en su interior a niños pequeños.

Pero eso está cambiando, y ahora el turismo está más concienciado con la idea de que las familias viajen juntas sin dejar a nadie atrás. Desde hace mucho tiempo, las actividades, los alojamientos, los restaurantes… se han adaptado a los nuevos tiempos, y ahora no solo piensan en los progenitores, sino en los niños que traigan consigo.

 

Cuando queremos ir de viaje tenemos que decidir, y a veces es difícil

Existen un listado bastante interesante que nos echa para atrás cuando decidimos que queremos ir de viaje, y, a veces, esas elecciones son las mismas que nos hacen desechar, al instante, esa idea que teníamos de viajar y descansar.

¿Cuáles son esos factores que nos impiden salir de viaje?

 

-El factor económico.

Este es un gran impedimento para la mayoría de nosotros, por desgracia, porque viajar no es barato. Hay que pagar gasolina (o billetes de tren o avión), comida, alojamiento, visitas turísticas, y un largo etcétera que pueden encarecer de manera considerable nuestras pequeñas vacaciones.

Muchos querríamos ir, incluso, al lugar más inhóspito de la Tierra, estoy segura, pasar unos días a otro lado para desconectar de las responsabilidades del trabajo. Sin embargo, cada vez somos más los españoles que tenemos dificultades muy serias para poder llegar a fin de mes. Y, si no podemos llegar a fin de mes, pagar las deudas, alimentar a los nuestros… ¿Cómo vamos a gastarnos parte del dinero que no tenemos en irnos de viaje? ¿Nos sentiríamos de verdad seguros y tranquilos así?

 

-El factor laboral

La mayoría de nosotros tenemos un trabajo que ocupa la mayor parte de los días de nuestra semana. De hecho, lo más común en los tiempos que corren es trabajar de cinco a seis días a la semana, entre seis y ocho horas al día. Con uno o dos días de descanso entre semana y semana, a muchos nos cuesta muchísimo poder organizar un viaje para irnos unos días… a no ser que cojamos alguno de los dos descansos de quince días que tenemos al año, claro.

La cuestión es que, si tenemos que mantener un trabajo que nos cuesta tanto esfuerzo conseguir y que ocupa la mayor parte de nuestro tiempo, poder organizar un viaje para irnos a otro sitio se nos puede antojar, a la mayoría, tanto imposible como insatisfactoria.

 

-El factor edad

Muchas personas que se ven a sí mismos demasiado “viejas” siempre dicen lo mismo, y seguro que tú lo has escuchado más de una vez: Yo ya soy demasiado viejo para irme de viaje. Perdona, pero ¿desde cuándo viajar tiene edad? ¿Desde cuándo existe un máximo de edad con el que se pueda viajar? ¡Eso se lo han sacado de la manga!

La realidad es que viajar no tiene edad, pero sí que lo tiene ciertas actividades que pueden realizarse en esos viajes. Un anciano con artrosis no se va a ir a hacer puenting, pero sí puede irse a hacer una ruta de senderismo.

 

-El factor mascota

Existen dos costumbres anuales que el ser humano debería de cambiar a toda costa, dos costumbres nocivas que pueden llegar a hacer mucho daño a la larga.

  • La compra masiva de animales recién nacidos en los días previos a Navidad y Reyes, por la sencilla idea de que queremos regalarlos a nuestros hijos por esos días anuales tan marcados.
  • El abandono masivo de mascotas durante las temporadas de vacaciones.

No todas las personas del mundo piensan en abandonar una mascota cuando se van de viaje. De hecho, muchos los consideran verdaderas partes de su familia y verían impensable este hecho. Mi padre, por ejemplo, tiene un bull terrier desde hace ya diez años, y lleva tiempo queriendo irse a recorrer España. Pero no quiere irse mientras tenga una mascota que dependa de él, se irá cuando, dentro de muchos, muchos años, ya no la tenga consigo.

Pero se nos olvidan que existen albergues y casas rurales que ya aceptan mascotas, por lo que esto dejaría de ser un inconveniente al instante. Incluso hostales para mascotas, que se hacen cargo de tu animalito los días que tú necesites cuando has de irte a otra ciudad por el tema que sea. El caso es que cada vez son menos las escusas que puedes poner para viajar… y la mascota no puede ser una de ellas.

 

El factor familia

Otro gran factor que nos impide viajar es la familia. Pero no la familia al completo, sino los “hijos”. Cuando uno es padre y tiene que irse de viaje, automáticamente piensa que llevarse a sus hijos pequeños consigo es totalmente inviable. A veces porque son demasiado pequeños y no queremos que les pase algo o se pongan enfermos, otras veces porque tenemos que dejarlos en casa con amigos o familiares y nos condenamos a estar todo el santo día preocupados por si el niño estará bien.

¿Sabes que muchos de los albergues y hostales que existen admiten y están preparados para adaptarse a los más pequeños? De hecho, no viajar por tener un hijo pequeño es uno de los factores que deberían erradicarte en el acto.

Desde Finca Valvellidos, en Cáceres, nos aconsejan llamar al lugar de alojamiento y hacerle siempre una serie de preguntas que no pueden faltar bajo ningún concepto:

  • ¿Existe precio por familia?
  • ¿Puedo llevar a mi mascota conmigo?
  • ¿Aceptan niños?
  • ¿Tienen actividades programadas?

 

Haz actividades con tus hijos

Cuando uno va de viaje, sobre todo si es un entorno rural, lo hace con la idea de desconectar y desestresarse, por lo que intenta quedarse relajado en una tumbona, dar paseos tranquilos por la ciudad o probar su gastronomía, que son las actividades más tranquilas que puede hacer en cualquier parte.

Sin embargo, cuando vas con niños pequeños esto ya no es una opción, porque los críos están en la etapa de experimentación y necesitan moverse y descubrir el mundo. Además, las actividades en la naturaleza pueden ser muy beneficiosas para ellos. Además, si los dejas en el hostal porque quieres tomar el sol en la piscina, puede acumular un nivel de ansiedad y de energía tan enormes que pueden empezar a gritar y a correr por todas partes, y pueden hacerte pasar un mal rato.

¿Qué te aconsejo? Que te informes de actividades y, sobre todo, que preguntes qué pueden hacer ellos contigo para gastar esa energía.

 

  • Rutas de senderismo. No es algo que te vaya a impedir desconectar, porque las rutas son muy buenas para poder ver cosas únicas e irrepetibles. Este ejercicio tan bueno para la salud ayudará a tus hijos a empaparse de la naturaleza, a respetarla, a aprender cosas nuevas de un entorno totalmente diferente… y, sobre todo, le ayudará a hacer cosas únicas contigo que antes no había hecho.
  • Darle de comer a animales rurales, como cerdos, vacas u ovejas. Los niños que viven en la ciudad casi nunca han visto animales de granja, y tampoco los han cuidado ni les han dado de comer. Por eso, que tengan la posibilidad de entablar contacto con otro tipo de animales, aprender sobre su alimentación, sus cuidados, su desarrollo… puede ser un gran aliciente para convertirlo en un adulto que respete a los animales y a la naturaleza, algo que escasea hoy día. Por ello, si tienes la posibilidad real de poder apuntarlo a una actividad como esta, no la desaproveches y ve con él. Quizás te sorprendes.
  • Apúntalo a actividades agrícolas, otro aliado pasado que se está perdiendo. Antiguamente las familias trabajaban el campo y sabían muchísimo de las temporadas, el agua de regadío, los nutrientes de suelo… Hoy, vamos al super y compramos lo que haya, aunque esté lleno de pesticidas. Actividades como la plantación, el regadío y la recolección puede ayudarlos más de lo que te imaginas, porque, además de interesarse por la agricultura, puede ayudarle en el futuro a poder tener su propio huerto natural.
  • Montar a caballo. Esto es algo que a los niños les encanta, pero no te olvides de que tú también puedes hacerlo, porque es una actividad preciosa y dinámica que te enlazará directamente con un animal muy leal y tranquilo. Darle a tu hijo la posibilidad de montar a caballo (si no sabe, siempre de la mano de un monitor) puede ayudarle a su autoestima y a su felicidad, porque no hay nada más bonito y divertido que poder hacer cosas que antes de daban miedo.
  • Rocódromo, otro gran olvidado para los más pequeños. No es un deporte peligroso, porque los enanos suelen hacerlo de la mano con monitores, así que no debes preocuparte. Suelen hacerlo con cuerda de seguridad y casco, por lo que no estará en peligro. Además de potenciar su autoestima, le dará fuerza y resistencia, ¡y quizá encuentre un deporte que le guste muchísimo!

 

Como ves, nada impide que te lleves a tus hijos contigo cuando vas de viaje. Infórmate de los albergues que tengan actividades para ellos y disfruta.

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