Llevo varios años interesada en el mundo del vino. Empezó siendo una afición que no iba más allá de comprar un par de copas de lo que, a mi parecer, era buen vino y disfrutarlas para cenar sola o con amigos.
Esa afición ha terminado por convertirse en algo mucho más elaborado. Ahora asisto a catas profesionales, he empezado a estudiar enología y en este curso he conocido a mi actual pareja.
Los dos compartimos la afición por el vino y ahora que nos hemos decidido a vivir juntos, antes que cualquier otra cosa teníamos claro que queríamos tener una pequeña bodeguita para nuestra colección de vino.
Los dos sabíamos que, eligiendo el vino adecuado, con las condiciones de conservación pertinentes, el vino podría envejecer sin problema mejorando sus características organolépticas.
Conocíamos a la perfección las diferentes fases de envejecimiento del vino, que vienen a ser tres. Una primera fase de maduración del vino, a la que le sigue una segunda fase de apogeo, y el declive. Como la vida misma.
Buena Ventilación, una de las claves para encontrar la Ubicación Perfecta para Conservar el Vino
Por ello, a la hora de decidir dónde conservar el vino teníamos que tener en cuenta tanto la temperatura, como la humedad, luz, posicionamiento de las botellas, ventilación, ausencia de olores y vibraciones.
Buscar una ubicación natural lo más fresca posible y que tenga una humedad razonable y las condiciones generales para conservar el vino fue la parte más difícil.
Y es que, nuestra idea era una casa en la costa gaditana donde el clima es más bien cálido y seco así que para conseguir las condiciones de almacenamiento óptimas, además de los principios básicos relacionados con la luz, la temperatura, humedad y vibraciones teníamos que tener en cuenta otros factores.
El clima seco era el que mejor nos sentaba a los dos y nos encantaba el entorno, si bien, no era el más idóneo para nuestro objetivo de crear una pequeña bodega.
Así, por ejemplo, la ventilación es muy importante para que circule el aire y evitar que el vino absorba los olores.
Al no encontrar ninguna casa que se ajustara a nuestro presupuesto que tuviera una bodega, o un espacio específico ya fuera en el sótano o un almacén adecuado, empezamos a pensar en una opción alternativa y hacernos un armario dotado de un dispositivo de control de humedad que se pudiera instalar en cualquier parte.
De ese modo, el hecho de querer vivir en un clima más bien seco no iba a ser impedimento para nuestro proyecto de crear una bodega. Sabíamos que con los múltiples avances y accesorios actuales para quienes trabajamos o disfrutamos del mundo del vino encontraríamos la solución tarde o temprano.
Fue precisamente al preguntarle mi novio a uno de nuestros profesores del curso de cata que le habló de Exportcave, se trata de una empresa de productos especialmente dirigidos para promociones de empresas del sector de alimentación y para el suministro de hostelería, de hecho es muy conocida por sus dispensadores de vino. Disponen de una gran variedad de vinotecas originales, dispensadores de vino, cubiteras de hielo, vasos, copas de vino. ´
Una gran variedad de productos entre los que no podían faltar unos estupendos armario s para la conservación del vino, de diferentes capacidades, tamaños, refrigeraciones y funcionalidades.
Desde modelos de vinotecas más sencillas con refrigeración termoeléctrica a las vinotecas más sofisticadas que incorporan sistemas de refrigeración por compresor, preservación y dispensación de vino por copas.
Nuestra idea era hacernos con un par de modelos del modelo más sofisticado y crear nuestra pequeña bodeguita casera.
El resultado fue, tener una de las mejores bodegas de la zona, con una increíble colección de vinos de gran calidad.
Muchos amigos venían a disfrutar a casa de jornadas de cara informales, veladas donde el vino era el protagonista indiscutible.
En el pequeño y cálido pueblo gaditano ya nos conocían como la pareja del vino, nombre que nos esforzamos por ganar y que no teníamos ninguna intención de perder.