¿De dónde viene el roscón?

El Roscón de Reyes es uno de mis dulces favoritos y una de las razones de que disfrute tanto de la noche de reyes. Lo mejor no es solo el dulce en sí mismo sino el hecho de que tenga sorpresa dentro.

Si tuviéramos que definirlo, podríamos decir que el roscón de Reyes es un bollo con forma redonda, elaborado con masa dulce y adornado con rodajas de fruta escarchada y azúcarEn su interior se coloca una “sorpresa” y un haba, de manera que la tradición cuenta que a quien le toque ésta última deberá pagarlo.

En mi casa nunca falta el roscón de reyes, lo compramos en Adelia Ivanez desde hace años, nos encanta como lo hacen. La verdad es que es una tradición tan asentada que prácticamente ninguno de nosotros nos hemos preguntado nunca por su origen, suponíamos que es un postre que tendría relación con los tres reyes de oriente.

Si bien, una vez que conoces en mayor profundidad la historia de esta tradición te das cuenta de que no es tanto así.

Una forma de encontrar su origen es remontándonos a algún dulce parecido que nos recuerde muchísimo a él y de dónde parecería proceder.

De hecho, debemos viajar hasta las saturnales romanas, que eran unas fiestas que el pueblo romano celebraba en honor al dios Saturno, con el fin de que pudieran disfrutar de días más largos tras el solsticio de invierno.

Por aquel entonces lo común era la celebración de unas tortas redondas, que se elaboraban con deliciosos higos, dátiles y miel. Estos dulces se repartían por igual entre plebeyos y esclavos, y se convertía en un momento de gozo para el pueblo.

Cuál es el Origen del Roscón de Reyes

Aunque no se conoce a ciencia cierta, parece que el roscón de reyes ya aparece en el siglo III, momento en el que -precisamente- la Iglesia tiende a institucionalizar la festividad de los Reyes Magos. A partir de esos momentos, era común que, durante esta festividad, se repartieran postres dulces a los pobres como la torta de miel, dátiles e higos, en la que posteriormente se introdujo un haba seca.

Y, precisamente, uno de los más habituales era una torta o roscón (llamado en Francia gâteau de la fève, donde se hizo muy popular) que contenía un haba en su interior. Según parece, quien se encontraba esa haba se le nombraba Rey del Haba (Roi de la Fève, en francés), y si era un niño se le colmaba de regalos, siendo objeto de grandes atenciones.

De hecho, en el momento en el que se comenzó a introducir el haba seca empezó la tradición de que, a quien le tocara, era nombrado rey de reyes durante un periodo de tiempo corto.

Desde entonces, el consumo del roscón de reyes por estas fechas se fue extendiendo y haciéndose cada vez más popular, hasta que el rey Felipe V importó a España la tradición francesa.

Aunque la tradición española del Roscón de Reyes no es tan conocida, y existen dudas acerca de su origen, ya en el siglo XII parecen existir testimonios relacionados con el Rey de la Faba o el propio Roscón de Reyes.

El primero de los testimonios, recogido por Julio Caro Baroja en su obra El Carnaval, dataría del año 1361 correspondiente al Reino de Navarra, en el que se designaría ‘Rey del Faba’ al niño que encontraba el haba en el dulce.

El segundo de los testimonios correspondería a un poeta andalusí llamado Ben Quzman, que en su Cancionero describiría una tradición parecida que tendría como protagonista a un hallón o hallullo (torta), que se disfrutaba en año nuevo y que contenía una moneda en su interior.

No obstante, se cuenta que el rey Luis XV quedó maravillado con el roscón, y con el fin de propagar este dulce con una moneda en su interior como sorpresa empezó a introducirlo entre la aristocracia francesa y europea. Fue así como precisamente llegó a nuestro país, de la mano de la Casa de los Borbones.

Poco a poco, con el paso de los años, la costumbre fue pasando de nobles hasta llegar al pueblo, donde adquirió gran importancia entre los ciudadanos de Madrid y Sevilla, donde se convirtió en importantes baluartes de esta maravillosa obra de la repostería.

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