Escaparatismo en joyería

El escaparatismo comercial es todo un arte; una ciencia bien estudiada que consigue atraer al cliente a través de lo visual. Dentro del escaparatismo, sobran las palabras. La puerta de entrada a un comercio se encuentra en esas vitrinas y expositores que, desde una distancia prudente, son capaces de atraer la atención del público. En este aspecto, manda lo visual. Un buen escaparate, diseñado para atraer y montado en base a ese atractivo diseño, es capaz de acaparar la atención de cualquier segmento de la población y cliente potencial no mero espectador.

El ingenio del escaparatista, es el buque insignia de esta profesión o labor ligada al comercio. Con independencia del sector y el tamaño del comercio o tienda, contar con un buen escaparate es fundamental para atraer clientela.

Pocas veces se logra un resultado tan espectacular que ese escaparate forme parte de la memoria de las personas que lo han visto. Llaman la atención en la mayoría de los casos, pues es su cometido y función, pero es raro el escaparate que marca al público y es recordado. Eso es debido a su durabilidad, ni si quiera son estacionales. Los escaparates van rotando y cambiando su contenido, mostrando siempre las tendencias y novedades.

Esto depende, claro está, del sector y el publico objetivo. Por ejemplo, en las panaderías o pastelerías, el escaparate permanecerá igual durante todo el tiempo posible. Salvo días concretos en los que un escaparate que muestra bollería, se convierte en un expositor de dulces típicos de la temporada. En el sector de la joyería, como nos indica Joyería Lorena, ocurre algo semejante. Debido al tipo de mercancía con el que se trabaja, la rotación de productos en el escaparate no se hace de forma recurrente.

En este sector, el producto es la estrella, como sucede en casi todos los sectores. Sin embargo, la exposición correcta de los artículos de joyería es esencial para que el cliente, dirija su atención hacia el producto que se quiere vender. Se trata, no obstante, de una difícil tarea, pues quien visita una joyería, suele tener ya definido su objetivo.

Aun así, los escaparates tienen esa función de mostrar las posibilidades que ofrece un negocio. Esa ventana al interior de lo que puedes encontrar en un comercio. En el sector de la joyería, es fundamental la organización y la decoración, cuidada hasta el más mínimo detalle, de forma que se cumpla el objetivo fundamental del escaparate: atraer visualmente a los que caminen cerca del comercio. Atraer hasta el punto de generar una necesidad en el público que no pueda eludir y entre en la joyería a interesarse por el producto.

Claves para montar un buen escaparate de joyería

A la hora de montar un escaparate hay que hacerse una serie de preguntas. Como cliente ¿en que nos fijamos cuando nos detenemos ante un escaparate de joyería?

Cuando paseamos por la calle, nos llaman la atención aspectos muy concretos. Tal vez, no seamos conscientes, pues de eso se trata, de atraer sin que te des cuenta de que te sientes atraído. El escaparatismo es el juego de seducción que mantienen comercio y cliente, hasta lograr un objetivo concreto: incrementar sus ventas.

Vayamos por partes para determinar los elementos que convierten un escaparate, en el escaparate.

Conviene empezar por la elección de un tema decorativo. Por norma general, los escaparates de joyería, se asemejan mucho unos a otros. Clásicos o innovadores, todos cuentan con una sobriedad propia, pulcritud y orden que resultan agradables a la vista. Nada verdaderamente destacable, ¿verdad? En este punto, es donde el ingenio del escaparatista hace (o debe hacer) su estelar aparición.

Creatividad es lo que necesita un buen escaparate. Para elegir y determinar el tema decorativo en particular, puede construirse una decoración innovadora que realce la exposición de las joyas. Estas temáticas pueden estar basadas en infinidad de cosas. Las preferencias del propietario o propietaria, determinarán la temática. Dentro de la que se puede utilizar la personalidad del negocio o el mismo propietario o propietario. Otra opción temática, es utilizar las tendencias del momento, las estaciones, un evento (muy utilizado en fechas señaladas) o incluso los fenómenos naturales.

Las ideas fluyen hasta alcanzar su forma definida. Una vez seleccionado el tema de fondo, no hay que precipitarse a la hora de mostrar los productos o artículos elegidos. Sobrecargar el escaparate no va a atraer al cliente. Al contrario, saturará su atención. Calcular los productos a exhibir y hacer una cuidadosa selección de los mismos, es parte de la estrategia de marketing necesaria para lograr un buen escaparate.

La organización y la distribución de los elementos y objetos que van a formar parte del escaparate, se simplifica con la experiencia. Conocer el espacio y lugar determinado en el que cada pieza contará con su propio protagonismo, es algo que se adquiere con el tiempo. Aun así, algunas directrices son comunes a todos los escaparates y seguirlas, incluyendo la citada creatividad, es sinónimo de acierto.

Estas directrices, empiezan con la colocación de piezas determinadas o colecciones concretas sin sobrecargar el espacio dedicado a ellas.

Dentro de un escaparate, las piezas son el centro de atención y no la decoración y elementos que forman la composición. Estos elementos, deben realzar la joya y no captar la atención sobre si mismos.

Colocar las piezas más importantes en la parte central izquierda. Esto es así porque tenemos la costumbre de observar de izquierda a derecha. Colocar los artículos en este sentido de mayor a menor atención es una de las directrices más habituales que se utilizan en el escaparatismo.

Expositores, bandejas, tapetes, etc. deben ser sobrios y elegantes, en consonancia con el lugar en el que se encuentran y las piezas que muestran.

Con estas pequeñas directrices, el ingenio y la creatividad, lograr una composición acertada, no resulta difícil. Hay que apostar por escaparates poco recargados, con una decoración atractiva pero que no reste protagonismo a las joyas. Jugar con los diferentes elementos ornamentales es posible sin que pasen a ser el centro del muestrario. Utilizar bien los espacios, sin olvidar las posibilidades que ofrece anclar objetos, e incluso piezas, al techo, pueden dar ese toque que marque la diferencia al escaparate.

Hay que cuidar hasta el más mínimo detalle, eso ya lo hemos dicho. De ahí que la elección de los expositores se convierta en una tarea exigente. Lo habitual es utilizar expositores blancos o negros, pero en la actualidad, las opciones se disparan: piedra, madera, polipiel…

Son elementos fundamentales los expositores, las bandejas, las mantas y los tacos. Su finalidad es la de exhibir las piezas de forma atrayente en concordancia con el estilo y temática elegidos. En función de las piezas y las colecciones a mostrar, existen expositores de todo tipo: para collares, sortijas, pendientes, relojes, etc. Cada uno de ellos diseñados para que destaque la pieza y no el expositor.

Otro de los factores relevantes para montar un buen escaparate, es la iluminación. La luz, es todo. La forma en que se iluminen las zonas del escaparate y las piezas concretas, determinan sustancialmente lo que se quiere mostrar, ofrecer y como atraer esas miradas curiosas.

En el campo de la joyería, existen dos premisas básicas en torno a la iluminación:

  • Las joyas son el elemento principal donde debe incidir la luz. No se deben iluminar zonas donde no haya una joya a destacar presente. La luz debe incidir de forma directa en la pieza para que destaque tanto con la luz del día como en la oscuridad de la noche.
  • Iluminar correctamente valiéndose de la infinidad de tipos, coleres e intensidades de luz existentes. Controlar la dirección de la luz, evitar los molestos reflejos y destellos sobre la pieza y mantener una luz suave en el espacio general.

Se trata tan solo de dos premisas básicas pero fundamentales. A priori, puede parecer sencillo, pero iluminar un espacio no es tan simple. Maxime cuando lo que debes iluminar genera destellos y reflejos que conviene evitar.

Iluminar adecuadamente un escaparate copado de objetos relucientes y brillantes, es todo un reto. Evitar la sobre exposición y utilizar los focos necesarios y adecuados es fundamental para controlar los reflejos y realzar las piezas elegidas.

Teniendo todo esto claro, solo cabe señalar lo referente a la cantidad y el volumen de las joyas a mostrar en el escaparate. Una joyería, debe sin duda mostrar muchas menos piezas que una bisutería, donde se permite jugar con un numero mayor. Es interesante mostrar de un vistazo las colecciones y estilos de los que la tienda dispone para que el cliente se haga una idea de lo que puede encontrar en el interior.

Si se trata de una joyería dedicada a artículos preciosos, los escaparates deben ser sobrios y minimalistas para mostrar nada más que la joya en cuestión.

En cuanto al tamaño de las piezas, según su volumen sea mayor o menor, se ubicarán de forma que capten la atención sin colapsarse unas a otras.

Resumiendo, los escaparates de joyería, son todo un reto para el escaparatista. Las condiciones que debe reunir el escaparate, los factores ineludibles necesarios para que sea efectivo y atrayente y la sobriedad implícita en el propio sector, limitan en algunos aspectos. Ahí, es donde reside su atractivo, se trata de todo un reto a la hora de innovar y desmarcarse.

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