La ruta de la plata.

La ruta de la plata es un camino histórico que comunica el norte de la península ibérica con el sur, pasando por el oeste de España. Tiene su origen en una antigua calzada romana, posteriormente sirvió como trazado a uno de los caminos de Santiago, y más tarde se utilizó para transportar los tesoros que llegaban desde América. Hoy representa una estupenda ruta turística para entrar en contacto con la naturaleza y empaparse de nuestra historia.

Esta ruta atraviesa 4 comunidades autónomas: Asturias, Castilla-León, Extremadura y Andalucía. Es como la ruta 66 española. Su origen radica en la vía de la plata. Una calzada romana que enlazaba Austúrica Augusta, actual Astorga, en la provincia de León, con Emérita Augusta, actual Mérida, en Badajoz. Se llamaba vía de la plata porque los romanos encontraron minas de plata en los montes de León. La calzada servía para llevar el metal precioso hasta Mérida, capital de la provincia romana de Lusitania.

Siglos más tarde, con el descubrimiento de la tumba del apóstol Santiago, la calzada romana se empleó como un itinerario del camino de Santiago. Se le conocía como el camino extremeño. En Astorga se unía al camino francés, el más conocido y transitado, para efectuar desde allí el último tramo hasta la tumba del santo.

Tras la conquista de América, el camino se prolonga. Se extiende, por un lado, hasta Sevilla y por otro hasta el puerto de Gijón. En Sevilla se descargaban los tesoros que llegaban a España procedentes de América. Mientras que desde Gijón, partían aquellos que tenían que marchar a Europa, para sufragar, entre otros gastos, las aventuras militares de la corona española, como la guerra de Flandes.

Utilizar la vieja calzada romana no fue algo arbitrario. Por un lado, el camino estaba consolidado, y por otro, en Trujillo (Cáceres) se encontraba la oficina de contratación de las Indias. Un registro público que contabilizaba las mercancías que llegaban del nuevo continente.

Desde finales del siglo pasado se ha reivindicado el valor histórico y cultural de la ruta de la plata, configurándola como un reclamo turístico. Esto ha sido posible gracias al trabajo de varias administraciones públicas. Se han escrito libros y se han publicado guías turísticas, que permiten a los visitantes descubrir los tesoros que este antiguo camino encierra.

Con el auge del turismo rural, se han levantado una gran cantidad de alojamientos siguiendo el trazado de la ruta. Algunos turistas la han descubierto gracias a ello. Es el caso de Leonor que, emprendiendo el camino de Santiago con su marido, se alojó en la Casa de la Abuela Maxi, una casa tradicional extremeña, ubicada en el pueblo cacereño de Riolobos, en plena vía de la Plata, a pocos kilómetros del Parque Nacional de Monfragüe y del Valle del Jerte, hoy transformada en casa rural. Este encuentro fortuito contribuyó a proporcionarle un aliciente cultural a la peregrinación de la pareja y a despertar su curiosidad por descubrir lugares nuevos.

¿Qué ver en la Vía de la Plata?

El blog de viajes, Un Blog de palo, hace un recorrido por la ruta de la plata de norte a sur, desde Gijón hasta Sevilla, y nos recomienda las ciudades más interesantes que podemos visitar. Nosotros nos vamos a centrar en la calzada romana para no hacer este artículo interminable. Estas son 5 ciudades de la vía de la plata que no te puedes perder:

  1. Astorga.

Desde que los romanos fundaron Astorga en el siglo I antes de Cristo, la ciudad ha sido siempre un nudo de comunicaciones, un cruce de caminos. Lo cual le ha permitido que se desarrolle en ella una próspera actividad comercial. Astorga fue una de las primeras ciudades importantes reconquistadas por el Reino de Asturias. En concreto por el rey Alfonso I, a principios del siglo IX, cuando aún no había surgido el reino de Castilla ni el de León. En 1465, Enrique IV de Castilla, hermano de Isabel La Católica, quien luego le sucedió en el trono, concedió a su primo, el Conde de Trastámara, el título de Marqués de Astorga. Ligando directamente la ciudad a la corona castellana.

Astorga tiene un nutrido patrimonio arquitectónico. De todo ello, cabe destacar la Catedral, un magnífico ejemplo de arquitectura barroca castellana, y el palacio episcopal, construido por Antoni Gaudí.

  1. León.

La ciudad de León tuvo en su momento una gran importancia estratégica. Ya lo sabían los romanos, que asentaron en ella la VI legión, encargada de conquistar el oeste de la península ibérica. Alfonso I de Asturias conquista León poco después de recuperar Astorga. En el año 910, se traslada la capital del reino a la ciudad, naciendo así el reino de León, que ocupará un papel importante durante buena parte de la reconquista. En León se crea en 1118 las primeras cortes de Europa. Era un punto de reunión entre los nobles del reino para aunar esfuerzos en su lucha contra los moros y para dirimir conflictos internos.

León va perdiendo notoriedad con el paso de los siglos, y la recupera en el siglo XIX con el desarrollo de la minería del carbón. La ciudad tiene un patrimonio histórico impresionante, pero de todo ello destacan 5 joyas arquitectónicas de diferentes épocas. La catedral gótica, construida bajo el reinado de Alfonso X el Sabio, en el siglo XIII. Un poco anterior, la Basílica Colegiata de San Isidoro, una de las muestras más importantes de arte románico de nuestro país. De la época renacentista, el Convento de San Marcos, cuya fachada nos recuerda el Palacio de El Escorial. En el centro de la ciudad, La Casa Botines, diseñada por Antoni Gaudí, inspirándose en la arquitectura gótica. Y en un edificio vanguardista, el M.U.S.A.C. (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León), uno de los más importantes de España en su género.

  1. Salamanca.

Salamanca es cuna de una de las universidades más antiguas y prestigiosas de Europa. En su claustro, Cristóbal Colón discutió con los doctores su tesis sobre que el mundo era redondo antes de iniciar su primer viaje a América. Antonio de Nebrija escribió en la universidad el primer tratado de gramática castellana de la historia. La universidad elaboró los documentos sobre derecho internacional y teología que se aprobaron en el concilio de Trento. Y propuso al papa Gregorio XIII, el calendario gregoriano por el cual se continúa rigiendo todo el planeta.

El casco antiguo de la ciudad está declarado por UNESCO, Patrimonio de la Humanidad. Entre su rico patrimonio monumental podemos destacar su Plaza Mayor, epicentro de la ciudad, la Catedral Nueva, de estilo Gótico, que comparte muro con la Catedral Vieja, de estilo románico, la fachada principal de la Universidad, la Casa de las Cochas, terminada en el siglo XVI y la Casa Lis, de estilo modernista, que presenta sus vidrieras de estilo Art Decó y Art Nouveau.

  1. Cáceres.   

El extenso casco antiguo de Cáceres parece una ciudad renacentista por la que no ha pasado el tiempo. Es uno de los complejos arquitectónicos de la baja edad media mejor conservados del mundo. Por ello fue declarada Patrimonio de la Humanidad. El florecimiento de la ciudad se debe a que Alfonso IX de León le concedió el título de Villa de Realengo en 1229, y le dotó de unos fueros propios, en virtud de los cuales, la ciudad se autogobernaba por medio de un consejo ciudadano. No rendía pleitesía a ningún noble, más que a la corona. La razón de este proceder fue la de restarle poder a las Órdenes Militares de Santiago y Alcántara, que estaban alcanzando una gran influencia en la zona.

Esta medida permitió que en la ciudad se afincara una burguesía agraria y comercial que hizo fortuna con la trata de ganado y que levantó palacetes y casas señoriales por toda la ciudad. Un ejemplo de estos edificios son los palacios de Ovando, Carvajal y los Golfines de abajo. La ciudad cuenta con otros edificios monumentales como la Con-catedral de Santa Marta. De todos modos, el mayor placer para el turista es dejarse perder, callejeando por sus calles.

  1. Mérida.

Mérida, en la provincia de Badajoz, fue una de las ciudades romanas más importantes que había en nuestro país, Junto a Tarraco (Tarragona), Córdoba e Itálica, cerca de la actual Sevilla. Mérida conserva un rico patrimonio de la época de los romanos. En mi opinión, de los mejor conservados del mundo. Sin duda, la joya de la corona es el Teatro Romano, donde aún se representan obras de teatro. También destacan el Templo de Diana, que da paso al antiguo foro de la ciudad, el puente sobre el río Guadiana, los acueductos de los Milagros y de San Lázaro, el circo romano y el anfiteatro. Todo en Mérida no son restos romanos. Entre su patrimonio se encuentra la Alcazaba árabe levantada en el siglo IX o la Con-catedral de Santa María la Mayor de estilo románico.

En el blog de viajes de Kike Arnaiz se comenta que la Ruta de la Plata se puede recorrer en coche, moto o bicicleta. Escojas cualquiera de estos medios, esta ruta es un recorrido que vale la pena explorar.

 

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