A pesar de que la situación no es la que nos gustaría, la verdad es que no podemos perder la oportunidad de celebrar un cumpleaños. Obviamente, nos referimos a una celebración acorde a las medidas que son necesarias para evitar la expansión de los contagios, pero una celebración al fin y al cabo. Aunque tenga que ser en casa y con videollamada para todos nuestros «invitados». La verdad es que todas aquellas personas que han cumplido años en la segunda quincena de marzo o en este mes de abril ya celebran su segundo cumpleaños en pandemia y tienen ganas de tener algo que celebrar.
Ni que decir tiene que una celebración de cumpleaños, sea como sea, debe tener una tarta y las correspondientes velas. Sin esos dos elementos, un cumpleaños es menos cumpleaños, así que lo mejor es organizar lo que tiene que ver con esa tarta como si no hubiera una pandemia que planea sobre nosotros. Mantener la normalidad en la medida de lo posible es algo que todos y todas consideramos necesario para mantener alta la moral incluso en momentos tan oscuros como los que hemos vuelto a vivir durante los meses de enero y febrero.
Celebrar un cumpleaños con toda la seguridad requerida, incluso a pesar de que haya una pandemia que ya se extiende por más de un año, se ha convertido en una de las mejores maneras de darle algo de esperanza y normalidad a la vida. Y está creciendo de una manera increíble, a lo largo de las últimas semanas, la cantidad de personas que no solo piensan así, sino que están actuando para celebrar un cumpleaños, al menos, de manera virtual. Desde Velas Mas Roses aseguran que, a tal efecto, ha crecido el número de velas de cumpleaños vendidas en comparación con los meses de enero y febrero.
Tenemos constancia de que son muchas las personas que han visto en esta opción una manera de conseguir mejorar su estado de ánimo, algo que es muy importante en los tiempos que corren puesto que sabemos a ciencia cierta que problemas como la depresión o el estrés se han convertido en los tristes protagonistas de la vida de mucha gente a causa de la pandemia. Cualquier manera de combatirlos es positiva y, desde luego, celebrar un cumpleaños ya se ha destapado como una de las cuestiones más positivas a la hora de hacer posible una oposición al coronavirus.
Objetos con una larga tradición
Son muchos los años que las velas llevan alumbrando la vida de los seres humanos. En el artículo de Wikipedia que hace referencia a la historia de las velas, se indica que los romanos ya las usaban en el 500 antes de cristo y que en China comenzaron a ser habituales tres siglos más tarde. Por su parte, la elaboración moderna de las velas no empezó a ser algo real en Europa, Oriente Medio y África hasta comienzos de la Edad Media. Como veis, estamos hablando de un objeto con mucha tradición.
Una noticia de El Comercio indicaba que la vela es algo así como un pozo de ciencia y de tecnología, hablando al mismo tiempo de conceptos como el punto de ebullición, calor de fusión y calor de vaporización, entre otras cosas. La verdad es que estamos hablando de un objeto que, aunque ya no es necesario para potenciar la calidad de vida al haberse descubierto la electricidad, sigue siendo de lo más importante para momentos tan especiales como la celebración de un cumpleaños que, como todos y todas sabemos, siempre es válido para mejorar nuestro estado de ánimo y nuestra felicidad.
Lo que es evidente es que las velas, en un momento como en el que nos encontramos, están ligadas de una o de otra manera al aspecto más personal del ser humano. Sirven para terminar de engrandecer una tarde de cumpleaños, pero también es una manera de mostrar nuestros respetos y mejores deseos a los difuntos. Tienen, como vemos, un doble sentido. Y es que las velas son uno de los aspectos que siempre nos acompañan, ya sea de una manera o de otra. Llevan haciéndolo mucho más tiempo que un servicio tan básico como el de la luz artificial, la electricidad.
Estamos seguros de que va a seguir habiendo una gran cantidad de motivos por los que seguir confiando en las velas. Los cumpleaños son, desde luego, el motivo más feliz y más alegre para hacerlo. A los niños y niñas les gusta que su tarta venga adornada con este tipo de instrumentos y les encanta soplarlas. No es para menos. Vamos a seguir necesitando este tipo de velas para mantener alta la moral de los más pequeños, a los que verse recluidos en casa no les ha sentado nada bien.