El ritmo de vida que se tiene actualmente hace bastante complicado que los padres puedan estar todo el tiempo con sus hijos; no por falta de ganas, sino porque la realidad es que para poder ofrecer una buena calidad de vida, se necesita de un base económica que le permita a la familia vivir lo mejor posible, así, en muchos casos los padres llegan a casa luego de una jornada de trabajo larga, más larga aún que las jornadas escolares.
Los casos en los que la familia pueda contar con otros miembros para el cuidado de los pequeños, son afortunados, pues no todas las familias tienen esa posibilidad de dejar el cuidado a manos de algún familiar cercano, por lo que se ven en la necesidad de buscar a cuidadores externos que puedan ayudar en esas horas en las que los padres aún no han vuelto a casa.
La figura de la niñera ha pasado por muchos nombres y es una figura con la que muchas personas han crecido. De hecho, en muchos casos, esa figura se mantiene a lo largo de nuestro crecimiento. Por ello, es tan fundamental elegir a una que se adapte a las necesidades propias de cada familia y a cada realidad.
Como padres, representantes o tutores, la seguridad de los hijos es una prioridad, por lo que cuando se tiene que dejar en manos de una persona desconocida, tenemos que estudiar muchos factores y buscar la que transmita no sólo confianza, sino la que permita estar tranquilos cuando no podemos estar supervisando.
Elegir una niñera no es fácil y requiere de la atención a varios aspectos importantes de los que hablaremos a continuación con la guía de Servicio Doméstico Sant Pau, especialistas en el cuidado a domicilio de adultos mayores y pequeños, quienes compartirán su experiencia con nosotros, dándonos la visión que tiene su empleada de hogar en Barcelona con más años de experiencia.
Plantea sus funciones a largo plazo
Elegir una niñera es algo a lo que se le debe dedicar tiempo, por lo que lo ideal es que se recurra a este tipo de servicios cuando la necesidad es una a largo plazo. Si es verdad que cuando se trata de tener que dejar a los pequeños por una emergencia, usualmente suele llamarse a las personas o familiares de confianza que puedan ayudar con el cuidado mientras se resuelve el imprevisto, pero si se trata de algo rutinario y establecido, contar con alguien que esté dedicado en su totalidad a cuidar de ellos es la mejor opción.
Cuando se elige una niñera a largo plazo, esta persona debe adaptarse a las necesidades del hogar y luego, con el tiempo se convertirá en un miembro más de la familia, lo que no solamente ayuda a los niños en lo que se refiere a disciplina, aprendizaje y rutinas; sino que le permite a los padres o tutores estar tranquilos y confiados en que la persona responsable del cuidado de los pequeños está plenamente adaptada y cómoda con su labor dentro del hogar. Ya que este nivel de engranaje se logra con el tiempo, lo ideal es buscar a una persona que se quede en nuestra familia por mucho tiempo.
Presta especial atención a sus recomendaciones y credenciales
Las recomendaciones y credenciales deben ser tomadas en cuenta a la hora de elegir a una niñera, ya que es fundamental tener a la mano las opiniones de otras personas que han trabajado con quien aspira a laborar dentro de las paredes de nuestro hogar.
Antes de tomar una decisión final, es importante corroborar la información que está en la hoja de vida del aspirante, pues si buscamos a alguien que vaya a cuidar a nuestros pequeños a largo plazo, debemos conocer las experiencias y las habilidades que tiene y que lo hacen encajar con las necesidades que el adulto proponga y que tengan los pequeños.
En el mejor de los escenarios, la persona que elijamos debe tener conocimientos en primeros auxilios, así como recreativos y educativos, de forma que pueda apoyar en las labores escolares si es necesario. No obstante, este punto no es determinante, pues muchas personas son excelentes en el cuidado y atención académica de los pequeños, sin necesidad de haberse formado específicamente en el área.
Comunica tus necesidades y respeta los acuerdos
El adulto es el que debe tomar la decisión final, sin embargo para que la relación con la persona que será responsable del cuidado de los pequeños sea una buena, se debe tener una comunicación efectiva y se deben respetar los acuerdos establecidos.
Lo primordial es que esta reunión o entrevista sea cara a cara, para que todos los acuerdos sean negociados sin nada que pueda ocasionar confusiones, ya que si bien es cierto que a largo plazo esa persona puede convertirse en un miembro más de la familia, se debe entender que están cumpliendo un trabajo, por lo que se debe respetar el horario establecido y acordar desde el primer momento cuales son las tareas a cumplir, sin exigir luego algo que no se haya discutido y aprobado previamente.
Para mantener una relación sana entre las partes es fundamental tener una comunicación basada en la honestidad, para que el aspirante sepa cuáles serían sus deberes y los beneficios que le aportará trabajar en la familia. De esta manera, las cartas están sobre la mesa y todo será lo más transparente posible, evitando así malos entendidos que puedan perjudicar la elección.
Planifica un acercamiento entre los niños y la persona aspirante
Hemos mencionado antes que la relación entre los adultos debe ser buena y basada en la confianza para que el trabajo sea lo más fructífero para ambos. No obstante, no se debe olvidar que la persona aspirante trabajará para los padres, pero con los pequeños, por lo que la opinión de ellos también debe ser tomada en cuenta.
Planificar un encuentro con las personas aspirantes a ocupar el puesto y con los pequeños, puede ser una manera de ver cómo es el comportamiento de ambos y si en efecto, es la persona indicada para cuidar de nuestros hijos. Hay que tomar en cuenta la personalidad de ambos y la capacidad de comunicarse desde el primer momento, si tienen química o no.
Esta primera toma de contacto permitirá ver un poco mejor el panorama general y asegurará que la relación está empezando con buen pie, por lo que es importante tomar en consideración lo que podamos observar y lo que puedan expresar los pequeños, no necesariamente a nivel verbal ya que si son muy pequeños no podrán comunicarse efectivamente, sino cómo es su lenguaje corporal, su comportamiento y la comodidad con la que se desenvuelva durante esa reunión.
El error es parte del proceso
Encontrar una niñera que se ajuste a todo lo que queremos y necesitamos, pero que además se lleve bien con los pequeños no suele ser a la primera. La imagen idealizada como Mary Poppins no es algo que debamos tomar como bandera, y a lo mejor de primer momento se logra un engranaje que pasadas un par de semanas ya no funciona igual.
En caso de que identifiques que la persona que se eligió realmente no termina de encajar con la realidad de la familia, lo mejor es buscar otro aspirante que pueda adaptarse mejor a las necesidades y a las rutinas.
Elegir a una niñera perfecta para nuestra familia no es una tarea sencilla, por lo que entender que se pueden cometer errores y que tal vez debamos volver a agruparnos y pasar nuevamente por el proceso de entrevistas y búsqueda, no significa que sea un fracaso, sino que siempre podemos aspirar a algo mejor para el cuidado de nuestros pequeños. Lo importante es que en caso de que se presente este resultado, aprendamos de la experiencia y tomemos en consideración aquellos aspectos que no se valoraron tanto en la primera vez, de manera de que tengamos un mejor acercamiento a las personas que aspiren al puesto.
No hay una fórmula maestra para encontrar la niñera ideal a la primera, sin embargo podemos tomar estas recomendaciones para que el proceso de elección sea más sencillo o por lo menos, menos complicado de lo que sería si se comienza sin tener una idea de qué aspectos debemos tomar en cuenta.
Evaluar los pro y los contra de cada aspirante, la percepción a nivel de empatía y química con los pequeños, la capacidad de cumplir las rutinas establecidas y la disponibilidad de tiempo según las necesidades de los padres, es fundamental para que la elección sea la más acertada.
Lo primordial -como hemos insistido a lo largo del artículo-, es que la elección se haga pensando en la realidad de cada familia, sus necesidades y sus posibilidades, ya que se trata de elegir a la persona que entrará al hogar a cuidar de los pequeños y esa decisión debe hacerse conscientemente y minimizando los riesgos, por lo que lo ideal es que no sea un proceso que se haga corriendo, sino que se tome su tiempo.