Sólo puedo decir una cosa respecto al fin de semana pasado y es: ¡Wow! Llevaba muchísimo tiempo queriendo visitar Sevilla en su fin de semana más famoso para poder vivir en primera persona la Feria de Abril y este año, por fin, lo he conseguido. Iba pensando en que, a lo mejor, saldría decepcionada porque a veces nos esperamos tanto de algo que luego nos llevamos el chasco de nuestras vidas, pero no fue así, fue mucho mejor. Aunque no es oro todo lo que reluce…
Antes de ir contraté un par de estas visitas guiadas por Sevilla con el fin de no perderme la magia de la ciudad centrándome sólo en lo que es la feria, y fue una idea estupenda ya que, al ir con guía, pude visitar los lugares más importantes en el menor tiempo posible y, así, pude recrearme en lo que de verdad merecía la pena, de hecho aún me sobró tiempo para disfrutar en el recinto ferial.
También tenía claro que no quería llegar a la Feria de Sevilla sin un buen traje de flamenca. Es simple, ya que iba quería vivirlo desde dentro y por eso compré un precioso traje en El Duende de Sevilla. Lo encargué online a través de la web y luego lo recogí en mano allí el segundo día de estancia. Obviamente podría haber comprado cualquier traje de “sevillana” en una tienda cualquiera, pero yo lo que quería era un vestido flamenco que luego fuera un recuerdo maravilloso que me durara toda la vida, incluso para poder dárselo a una hija que pudiera tener, y por eso preferí gastarme un poco más y optar por algo de calidad.
La Experiencia
Llegamos allí el miércoles a medio día, comimos y nos fuimos directamente a ver la ciudad. Por la tarde tuvimos la primera visita guiada que incluía un crucero por el Guadalquivir chulísimo que nos permitió tener unas vistas preciosas de la Giralda y de la ciudad al completo. Al día siguiente, temprano, fui a recoger el traje de flamenca, lo dejé en el hotel, y tuvimos la segunda visita guiada que ocupó casi todo el día. Vimos los monumentos más importantes, visitamos el barrio de Santa Cruz, los Reales Alcázares, la Catedral y Giralda, la Plaza de España y luego entramos en los baños árabes. Estuvo genial.
El sábado ya entramos en materia con respecto a la Feria de Abril. Nos engalanamos con nuestros trajes flamencos nuevos, nos peinamos lo mejor que supimos y nos pintamos los labios rojo carmín a juego con un precioso clavel que nos pusimos por detrás de la oreja. Cuando llegamos al recinto ferial alucinamos en colores. Era enorme… no sé por qué me lo había imaginado mucho más pequeño, pero aquello era gigante y ya sólo con ver el pórtico de la entrada se te ponían los pelos de punta.
Según El Mundo, la Feria fue visitada por más de 3,6 millones de personas, entre las que me incluyo, lo que supone un 20% más que el año pasado así que, por lo visto, ha sido todo un exitazo. Además, este año la Feria tenía un dato curioso, y es que ha sido la más larga de la historia e imagino que eso ha beneficiado también ese aumento de turistas.
Todo lo bueno tiene su parte mala
Sin embargo, todo tiene una doble cara, incluso esto. Como visitante, la Feria es una maravilla, lo digo en serio, no tiene desperdicio, pero como trabajador los beneficios son pocos o incluso nulos en algunos casos. Cuando llegué a casa me topé con la noticia de que algunos trabajadores de la Feria hablan de “semiesclavitud” refiriéndose a sus condiciones laborales. Sergio contaba al diario Público que de las 16 horas de trabajo diarias sólo está dado de alta en la Seguridad Social 5. Emilio cobra tres euros la hora por servir mesas desde las doce de la noche hasta las seis y cuarto de la mañana: 144 euros por 50 horas de trabajo. Helen hacía una jornada de dos de la tarde a cinco de la mañana, casi quince horas entre los fogones de la cocina de una caseta, no se le dio de alta en la Seguridad Social y cobró 840 euros por 15 horas diarias de trabajo.
No entiendo nada de esto, no puedo entenderlo, porque la Feria estaba a rebosar de gente gastando dinero y más dinero en bebidas y comidas sin parar así que… ¿de verdad no hay el suficiente beneficio para dar de alta a los trabajadores y pagarles un sueldo justo? Yo no lo sé, no tengo los datos, pero creo que el Gobierno debería hacer algo al respecto, porque si yo llego a saber esto antes, puede que me hubiera ahorrado el viaje. Habría preferido perderme el evento con tal de no contribuir a algo así, sinceramente.