Tener humedades en casa puede suponer problemas de salud y elevados costes de reparación. Por lo que es muy importante prevenir y evitar la aparición de estos problemas. Para esto, lo primero que debemos detectar es cuál es el origen del problema y saber qué tipo de humedades estamos sufriendo.
Nuestros amigos de Plan It, profesionales expertos en el tratamiento de humedades, nos ayudan a detectar el origen y nos dan algunos consejos sencillos y económicos para tratar el problema a tiempo.
Tipos de humedad
Humedad por condensación
La condensación se crea cuando en la vivienda hay un exceso de humedad en el ambiente. El aire caliente puede absorber y retener más humedad, así que cuando está cargado de humedad y entra en contacto con superficies frías (paredes, esquinas, marcos de ventanas, cristales…) el vapor presente en el aire se condensa (pasa de gas a líquido) y se convierte en agua. Esto suele suceder por las noches, cuando la temperatura exterior disminuye y las ventanas y paredes se enfrían.
Los síntomas son fáciles de detectar, ya que las superficies sobre las que se crea condensación aparecen repletas de gotitas de agua y están mojadas. Las principales causas son el exceso de humedad ambiental, generada por: la respiración de las personas que viven en un hogar; o actividades como ducharse, cocinar, tender la ropa o tener plantas además de la humedad propia del clima de la zona.
La humedad por condensación puede provocar los siguientes problemas en casa:
- Aparición de moho sobre cualquier superficie.
- Manchas en las paredes y pintura desconchada.
- Olor a humedad.
- Alergias y problemas respiratorios.
- Prendas, ropa y tejidos del hogar mojados.
- Corrosión y óxido de metales.
- Gastos de energía elevados.
Humedad por filtración
Las humedades por filtración se producen por deficiencias en el aislamiento de la casa o por el deterioro de muros y paredes, a través de las que se filtra la humedad exterior. Por lo general, se originan en zonas húmedas y en épocas de lluvias y las casas que no están impermeabilizadas son más vulnerables a las filtraciones.
Este problema se genera lentamente, cuando el agua se va abriendo camino a través de ladrillos, tejas y diferentes materiales de construcción hasta llegar al interior de la vivienda. Este tipo de humedad se delata cuando comenzamos a ver gotas en el techo, manchas negras o moho que aparece en las esquinas. Lo malo es que suele suceder que cuando nos damos cuenta de la humedad ya es demasiado tarde.
Humedad por capilaridad
Las humedades creadas por capilaridad dependen del terreno sobre el que se ha construido la vivienda, el material con que está construida y la época del año. Este fenómeno suele aumentar en épocas húmedas y lluviosas, sin embargo este fenómeno puede producirse durante todo el año de forma ininterrumpida.
La capilaridad tiene lugar cuando entra agua por el subsuelo de la vivienda y va ascendiendo poco a poco hasta alcanzar muros y paredes; siendo las casas antiguas, mal aisladas o construidas con materiales permeables y porosos sobre terrenos húmedos especialmente susceptibles de sufrir problemas de humedad por capilaridad.
El grado de capilaridad depende de la humedad presente en el subsuelo y de la porosidad de la pared, que, en caso de sufrir este problema, presentará siempre un aspecto húmedo y mojado, mientras que los suelos se llenarán de moho.
Principales problemas causados por las humedades
Las consecuencias que acarrea una humedad en casa no solo son a nivel de estructura física o de bolsillo, también pueden afectar tu salud y la de tu familia:
- Aparición de moho y manchas negras en paredes y superficies. El moho, el cual necesita de la humedad para existir, puede aparecer en cualquier lugar y sobre cualquier superficie: comida, tejidos naturales o sintéticos, madera, yeso, metales… Suele aparecer en especial en espacios húmedos y con poca luz. Necesita poco tiempo para proliferar y sus esporas terminan esparciéndose por el ambiente, lo que puede perjudicar gravemente a personas con alergias, asma u otros problemas respiratorios.
Proliferación de ácaros y hongos. Además de favorecer la aparición de moho, los ambientes húmedos y con poca luz también favorecen la aparición de otros hongos y de ácaros. Estos organismos ensucian nuestras paredes, pueden estropear nuestras pertenencias y crean un ambiente insalubre; sin contar que son el origen de múltiples alergias y problemas respiratorios.
Olor a humedad. Hay zonas de la casa más propensas a oler a humedad, como lo son los espacios normalmente cerrados o de poco uso que ventilamos poco: sótanos, garajes, trasteros, armarios, cajones… Estos suelen ser también los primeros lugares en los que sufrimos problemas de moho, corrosión o manchas de humedad. Además, el olor a humedad también se pega a nuestra ropa y los tejidos
Deterioro generalizado del hogar. La aparición de moho y manchas de humedad son los problemas físicos y visibles más comunes de las humedades. Pero hay una larga lista de problemas que también pueden afectar la apariencia de nuestro hogar como en el caso de la pintura desconchada, ropa de cama húmeda, muebles de madera que se pudren, metales que se oxidan, libros y hojas de papel que se vuelven amarillas, colecciones de sellos o documentos que se estropean y pare de contar.
Problemas de salud. Además de los desperfectos físicos que pueden provocar en el hogar, lo peor de las humedades es que también pueden ser muy perjudiciales para la salud de los habitantes de un hogar, en especial para las personas más vulnerables frente a los problemas respiratorios como lo son los bebés, ancianos y alérgicos. Esto porque, como hemos comentado anteriormente, el exceso de humedad provoca la aparición de moho, hongos y ácaros, organismos que pueden ser muy dañinos para personas con enfermedades respiratorias como el asma o personas que sufren alergias.
Más gasto energético. Por último, pero no menos importante, cuando existe mayor humedad, también existe mayor dificultad para calentar o enfriar un hogar. Esto quiere decir que necesitaremos más aire acondicionado en verano para reducir la sensación de bochorno que produce el exceso de humedad y más calefacción en inverno porque calentar un aire cargado de vapor de agua cuesta más. Esto a su vez se traslada a facturas más elevadas. Sin embargo, esto no quiere decir que un aire completamente seco sea recomendable. Lo recomendable es tener cierto nivel de humedad ambiental para sentirnos cómodos y evitar, por ejemplo, que se nos resequen las vías respiratorias o los ojos, siendo el nivel de humedad óptimo recomendado para un hogar entre el 40 y el 50%.
Soluciones a los problemas de humedades
El problema de humedad más común en una casa suele ser el de la humedad por condensación. Esto porque por lo general las humedades por filtración y capilaridad obedecen a problemas puntuales, como fugas, averías o inundaciones; o estructurales de la casa, lo que supone una obra mayor para solucionar el problema de raíz.
Igualmente, la humedad por filtración y capilaridad también generan humedad en el ambiente, lo que a su vez provocará problemas de humedad por condensación. Y es justo este problema el que podemos evitar siguiendo una serie de consejos prácticos y económicos. Recordemos que si el nivel de humedad es el óptimo y se encuentra entre el 40 y el 50%, será muy difícil que tengamos problemas de condensación. Por lo tanto, nuestro objetivo es eliminar el exceso de humedad ambiental, lo cual lograremos aplicando las siguientes medidas:
- Ventilar bien: una buena ventilación es clave para que el aire circule, se renueve y la humedad no se quede estancada. Es bueno ventilar unos diez minutos por la mañana durante las horas de sol, que es cuando el ambiente el aire de fuera tiene menos humedad. En caso de tener problemas de humedad en armarios y cajones, es recomendable abrirlos mientras ventilamos para que también se renueve el aire de estos espacios.
- Usar extractores de aire: actividades como cocinar o ducharnos generan mucha humedad en el ambiente. Por eso se recomienda utilizar la campana extractora al hervir agua y, si tu baño no tiene un sistema de ventilación, abrir un poco la ventana mientras te duchas para que el vapor encuentre una vía de escape y no lo vaya mojando todo.
- Tender la ropa fuera: aunque andemos faltos de espacio o nos resulte incómodo subir al terrado, debemos procurar tender siempre fuera de casa. Esto porque la ropa recién salida de la lavadora está cargada de humedad que va a ir directa al ambiente.
- Usar productos que absorban el exceso de humedad: las casas están habitadas por personas y tienen espacios difíciles de ventilar, por lo que siempre habrá humedad sobrante en el ambiente que puede generar problemas de condensación. Por eso, aparte de aplicar las recomendaciones anteriores, es muy aconsejable utilizar deshumidificadores que vayan absorbiendo de forma continuada el exceso de humedad ambiental, mediante el uso de productos profesionales, como en el vaso de un deshumidificador antihumedad profesional. Muy importante, confía mejor en un producto profesional antes que en un remedio casero; ya que estos remedios en verdad tienen una eficacia casi ridícula.