A lo largo y ancho de todo el planeta existen cientos de circuitos de velocidad, algunos permanentes, otros que se montan de forma eventual e incluso los hay que, a pesar de estar en desuso, se han convertido en un lugar de peregrinación para los aficionados al deporte de las dos y cuatro ruedas. A muchos de nosotros cuando pensamos en circuitos se nos vienen a la cabeza Le Mans, Monte Carlo, Nürburgring Nordschleife, Indianápolis, Pedralbes, Jarama… sin embargo la realidad es que existen cientos de autódromos que podríamos considerar especiales, es por ello por lo que a través de este post queremos hacer un viaje por los trazados más icónicos del mundo y rescatar alguno de los olvidados, como el de Terramar.
Empezamos este viaje por el último que os hemos citado, el autódromo de Terramar. Se trata de un circuito oval inaugurado en 1923 y que lleva abandonado desde los años 50. Aunque muchos desconozcan su ubicación, lo cierto es que lo tenemos más cerca de lo que pudiéramos pensar, concretamente en el municipio de Sant Pere de Ribes, en la provincia de Barcelona. Su cuerda ronda los 2 kilómetros y a lo largo de su recorrido podemos encontrarnos peraltes de 60 o más grados, lo cual hacían de este, uno de los circuitos más rápidos. Entre los hechos más reseñables de su historia están que se construyó en una época en la que en toda Europa solo había dos circuitos, el de Brooklands y el de Monza, mientras que en Estados Unidos solo existía Indianápolis. Fue en Terramar donde se celebró el segundo Gran Premio de España de la historia, en el año 1923 ya que formó parte de los eventos de renombre que sirvieron para inaugural el circuito.
Sin salir de Barcelona tenemos el Circuito de Pedralbes, un trazado urbano situado en las calles del barrio de Pedralbes. Entre los años 1946 y 1954 se desarrollaron en él diferentes carreras tanto de motociclismo como de automovilismo y fue uno de los primeros trazados que albergó la Fórmula 1 en nuestro país.
A mayores en nuestro país tenemos otros trazados clásicos como el Circuito del Jarama que en estos momentos está viviendo una de sus obras más importantes, el reasfaltado de toda la cuerda así como la calle de boxes, con lo que completarán una nueva fase de su remodelación. Sin embargo, este no es el único, Alcañiz, La Bañeza, Jerez o los jóvenes Ricardo Tormo en Cheste y el Circuit de Barcelona-Catalunya en Montmeló son solo otros de los ejemplos de trazados reconocidos en nuestro país.
Fuera de España tenemos también miles de ejemplos, sin embargo, nos quedaremos con los más cercanos, a los que podemos acudir en nuestro coche, como es el caso de Nürburgring Nordschleife, la configuración larga del circuito de Nürburgring, el cual se encuentra entre frondosos bosques en la región de Eifel en Alemania. En la actualidad, con sus 26 kilómetros, un total de 40 curvas a izquierdas, 50 a derechas y una diferencia de altura de 300 metros a lo largo del trazado, este es el más largo del mundo ya que los demás, con el paso de los años se han ido recortando. Hoy en día Nordschleife se dedica más a la recepción de aficionados que a la competición, sin embargo, sigue siendo el infierno verde y el trazado en el que todas las marcas pelean por ser los más rápidos.
Otro de los trazados más cercanos y conocidos es el de Mónaco, al que también conocemos como Circuito de Monte Carlo. Se trata de un circuito de carreras completamente urbano y eventual, ya que discurre por las principales arterias del Principado. Entre sus quitamiedos pasa cada año desde 1920, momento en el que fue creado por Antony Noghès, el Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1 y de Fórmula E.
La experiencia de correr con tu coche en un circuito mítico
Cada vez son más las personas que buscan poder acercarse hasta los circuitos más míticos y poder rodar en ellos con su coche. En este aspecto, Nordschleife se lleva la palma, ya que, por unos pocos euros, tenemos esa posibilidad. Igual sucede en el Circuit de Barcelona-Catalunya durante los días de tandas. Sin embargo, no siempre es posible que nos desplacemos en nuestro coche, es por ello por lo que para que esto no sea así, Transportes Cars nos ofrece una solución profesional. Nos acerca el vehículo en uno de sus camiones hasta el lugar que deseemos, es por ello por lo que, si queremos ir a Alemania, por ejemplo, pero nos amarga el trayecto, siempre podemos ir en avión y que Transportes Cars nos lleve y traiga el coche.