Fin de semana en Barcelona

 

Es una pena lo que está pasando en España. Es una pena que por culpa de cuatro independentistas descerebrados se esté perdiendo la relación con Cataluña y con Barcelona. Para mí una ciudad mágica que no me canso de visitar. Sin embargo, nos enfrentan, y nos hacen elegir entre con ellos o contra ellos. SI sirve de algo os voy a contar un fin de semana que he disfrutado en la ciudad condal alojándome en el Mercer Hoteles.

Barcelona es una ciudad con mucho encanto. Y aunque digan que no muy hospitalaria. Nunca he tenido ningún problema con nadie. Siempre se utiliza eso de que no te hablan en tu idioma. Pues bien, en mi caso es mentira. Cuando he estado en bares, restaurantes o tiendas de moda normalmente te suelen hablar en su idioma, pero al instante, en cuanto tú les hablas en castellano, ellos cambian y te hablan también en la lengua de Cervantes.

Posteriormente cuando les vas conociendo te dicen que ellos quieren seguir siendo de España, pero que en algunas cosas, sobre todo las cuestiones económicas, se ven perjudicados. En su opinión, o eso es lo que les han hecho creer, pagan más impuestos que nadie en España y no reciben ayudas. No sé si será cierto o no, lo que tengo claro es que son buena gente y saben que juntos somos más.

Y es que durante mi estancia en Barcelona también he comprobado que existe miedo por partida doble. En primer lugar de los propios ciudadanos que no se atreven a decir que son españoles por represalias. Y en segundo lugar, por las empresas que tienen miedo y zozobra de lo que pueda pasar. Saben que ellos serán los grandes perjudicados en caso de una independencia. La Unión Europea ya ha anunciado que cerrará el grifo de las ayudas, además no podrán seguir en el Euro y por supuesto habrá sanciones. Aunque quizás la más dura sea la del resto del pueblo español que se niegue a ir de vacaciones o a seguir comprando a empresas con firma catalana. Está claro que los políticos de turno como Artur Mas o el nuevo que ahora está, el tal Puigdemont, no lo van a pasar mal. Lo más curioso que he leído es que por ejemplo, la mujer del nuevo President, es rumana, y está a favor de la independencia. Me puede decir alguien, con todos mis respetos, que va saber una rumana de la historia y de lo que le puede beneficiar a Cataluña. Pues así con todo.

Una conversación con empleados del hotel Merce Barcelona me sirvió para comprobar el verdadero catalán, ese que lo único que pretende es ser feliz, con su cultura, con sus costumbres, pero perteneciendo a España.

Lo que sí tengo claro es que voy a seguir yendo a tierras catalanas, pertenezca o no a España, y me voy a seguir alojando en uno de los hoteles de lujo en Barcelona porque es una gozada y me siento como en casa. Ojalá todos pusiéramos un poco de cordura en este caso, porque estoy seguro de que los políticos no han escuchado al pueblo catalán.

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