Valencia de Alcántara, una referencia del turismo rural extremeño

El turismo rural es uno de los que goza de muy buena salud en España y así lo viene demostrando desde hace tiempo. Hay personas que consideran que este modelo de turismo se vio beneficiado por la situación provocada por la pandemia, pero la realidad no es exactamente esa porque el turismo rural ya gozaba de una gran reputación desde años antes. Está claro que esta manera de viajar y de disfrutar de nuestros días libres se va asentando como una de las preferidas en España y son muchos los motivos que conducen a ello, entre ellos los que siguen:

  • Nos vale para desconectar, huir de los ruidos y de los apelotonamientos de gente.
  • Ganamos en lo que respecta a la calidad del aire que consumimos.
  • Nos sirve para conectar con la naturaleza y conocer nuevas especies animales y plantas.
  • Es idóneo si queremos hacer senderismo, ciclismo y la práctica deportiva en general, lo que garantiza una mejor salud corporal.
  • La paz que nos transmite el turismo rural se traduce en una mejora de la salud mental.
  • La cercanía en el trato por parte de los directores de los establecimientos rurales es mucho más visible que en otro tipo de alojamientos.

Hay muchas zonas rurales en España y esa es una noticia estupenda. Son diversos los sitios que no pueden vivir de ese turismo de sol y playa tan rentable que tenemos en España. Sin embargo, esos lugares sí que tienen la posibilidad de contar con unos espacios naturales que abran la posibilidad de sacar beneficio de un turismo rural que ha crecido mucho en España y que ya se ha convertido en una de las maneras preferidas de viajar para una ingente cantidad de personas en este país.

Una de las mejores zonas para realizar turismo rural en España es la provincia de Cáceres, donde puede disfrutarse de un municipio como lo es Valencia de Alcántara. En una información que fue publicada en la página web de la agencia de noticias Europa Press se indicaba que, en el año 2010, la Oficina Comarcal de Turismo de Valencia de Alcántara había registrado un aumento de las visitas que se cifraba en un 20%. Se trata de un aumento significativo para el momento en el que nos encontrábamos, con una crisis económica acuciante que no dejaba respirar a los españoles y españolas.

Tres años más tarde, el portal web del diario 20 Minutos informaba de que el número total de visitas que había recibido ese mismo municipio era de 13.700 viajeros. No cabe duda de que es una cifra interesante para una localidad como de la que estamos hablando y que proporciona una serie de beneficios muy importante para los establecimientos ligados al turismo rural ya no solo de ese municipio, sino de toda su comarca. Ni que decir tiene que la belleza de la zona tiene la capacidad de llamar la atención de la gente y que se puede seguir manteniendo estos niveles de visitas durante los próximos años.

Extremadura tiene mucho que ofrecer al turista que acude hasta alguno de sus puntos. El turismo rural que se puede experimentar en esta región es uno de los mejores que se pueden encontrar en el interior de las fronteras españolas y buena prueba de ello ha sido el hecho de que, en función de los datos que nos han proporcionado desde Turismo Rural El Jiniebro, ha crecido la cantidad de personas que han pernoctado en Valencia de Alcántara. Ni que decir tiene que esta es una buena noticia para el turismo rural de la región y que la situación ha sido parecida en buena parte de los municipios extremeños.

Un modelo de turismo que combate la despoblación

Hay bastantes zonas en España que tienen algún problema en lo que tiene que ver con la despoblación. Provincias como Teruel, Soria, Guadalajara, Cuenca, Zamora, Ávila, Segovia… tienen multitud de pueblos que, habiendo existido en el pasado, ya no cuentan con población o tienen una cantidad de habitantes muy reducida, incluso menor de 100 habitantes, y que tienen un futuro de lo más negro de cara a los próximos años.

El turismo rural es una de las mejores maneras de combatir esa despoblación. Debemos empezar a cambiar la tendencia en este sentido y dirigir a la gente de las ciudades a los pueblos en lugar de que sea al revés. Ni que decir tiene que estamos hablando de una cuestión que no es fácil muchas veces, pero que puede dar unos grandes resultados tanto para los pueblos que están a punto de ser abandonados, a los que se les puede dar una nueva vida, como para las grandes ciudades, que necesitan combatir la superpoblación.

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