Reforma y gana eficiencia sin obras

Todos sabemos que realizar cualquier tipo de reforma, incluso aunque sea para amortizar un poco la factura de la luz, sale caro. Y es que entre los materiales, el diseño, la mano de obra y luego la limpieza se te va un ojo de la cara y con esto no estamos diciendo que muchas empresas de reformas no sean justas en sus presupuestos, de hecho creo que muchas empresas son más que justas teniendo en cuenta el trabajo que hacen, el problema es que la economía familiar de nuestro país no está muy boyante y lo estará menos en los meses venideros tal y como se presentan las cosas este 2020.

No obstante, la economía no es el único problema que encontramos al respecto, y es que aunque haya un buen ahorro para reformar cierta estancia de la casa, e incluso toda la vivienda, siempre encontraremos hándicaps que nos harán preguntarnos dos veces si estamos seguros de empezar la reforma, tales como la incomodidad de convivir con las obras, la falta de limpieza, el desorden, el ruido, etc. Sin embargo, tal vez haya un modo de poder reformas estancias, e incluso de ganar eficiencia energética en casa sin necesidad de hacer obras.

Técnicas para reformas hay muchas, pero hoy vamos a centrarnos en aquellos profesionales que pueden dar una vuelta estética y eficiente a nuestro hogar sin tener que volvernos locos y para ello hemos hablado con Aísla Sin Obras, UniqueWood y Ambifuego.

Vamos a reformar un salón comedor

Antes de empezar con la estética debemos tener muy en cuenta la eficiencia de nuestro hogar, y es que tano a nivel ecológico como económico, la eficiencia puede darnos mucho. El problema es que la mayoría de los edificios construidos hace más de 10 años, sobre todo en las áreas menos invernales como el mediterráneo o la costa andaluza, carecen prácticamente de la mayoría de elementos constructivos que consiguen que un edificio sea realmente eficiente energéticamente hablando.

En la costa mediterránea la mayoría de edificios carece de cámara de aire pues los arquitectos consideraban que la climatología, casi siempre con temperaturas cálidas, invitaba a que las viviendas no necesitasen de esto. Del mismo modo, la mayoría de cerramientos en los edificios no reformados tienen problemas y dejan pasar el aire, por no hablar de que las viviendas no suelen tener calefacción ni nada similar. Pero en lo que no pensaron los arquitectos, o no quisieron pensar, es que del mismo modo que no aislaban las viviendas contra el frío porque, según ellos, no era necesario, tampoco las estaban aislando contra el calor y las temperaturas a las que se puede llegar ahora en verano en estas zonas son realmente peligrosas, sobre todo para niños y ancianos. Por eso hoy vamos a ver cómo conseguir una vivienda más eficiente al mismo tiempo que redecoramos la estancia, y todo sin hacer obras.

Aísla las paredes exteriores

Antes de empezar con el interior de la casa tenemos que proteger todo lo que hay dentro de la climatología externa, y eso incluye el frío, el calor y la lluvia. Pero ¿por qué incluyo la lluvia en este apartado si todas las viviendas tienen paredes y techos que nos protegen del agua? Pues porque quien no aísla en ciertas zonas de España (por no decir en todas), no está teniendo en cuenta el nivel de humead que se puede alcanzar en algunas viviendas.

Un ambiente agradable debe tener una humedad relativa de entre el 50% y el 60% pero ¿sabéis cuál es la media de humedad en una vivienda en los barrios cercanos a la costa en ciudades como Alicante, Murcia, Valencia o Barcelona? Pues rozando el 70%, y en muchos lugares se sobrepasa.

La gota que colma el vaso viene cuando llueve porque es entonces cuando las paredes húmedas y sin aislamiento hacen que la humedad penetre en la vivienda. A la vista, no hay anda, pero a la hora de sentir la temperatura interior la cosa cambia bastante. Así, en invierno, la sensación térmica es mucho más baja que la real, y en verano, el calor sofocante unido a esa humedad provoca que respiremos un aire que se asemeja al que se puede respirar en una sauna, sofocante, asfixiante…

Pero Aísla Sin Obras nos explica cómo podemos solventar este problema sin tener que tirar abajo media casa. El profesional solo necesita hacer pequeños agujeros en las paredes exteriores con un taladro especial para poder insuflar por ellos un material espumoso que, una vez secado, garantiza un aislamiento térmico y acústico envidiable. Posteriormente, el obrero rellenará los agujeros hechos y los pintará como el resto de la pared para asegurarse de que no quede rastro de ellos.

Ahora bien, ¿aislando las paredes exteriores solucionamos todo el problema? Me temo que no. Los cerramientos son de vital importancia y por eso el departamento de cerramientos de la misma empresa anteriormente citada, Ventanas de PVC Granada recomienda la instalación de ventanas de PVC que aíslen tanto del ruido como de las altas y bajas temperaturas. Pero ¿esto se puede hacer sin obras?

Según estos expertos es posible. Lo único que se necesita es despejar las paredes donde haya que hacer cambio de cerramientos para que los instaladores tengan libertad de movimiento. Ellos se encargarán de quitar las ventanas viejas para instalar los nuevos cerramientos sin dejar de lado la estética con el fin de que todo quede como nuevo, y sin señales de obra, en cuestión de horas. Y ahora sí podemos hablar de un buen aislamiento del exterior, aunque aún no hemos acabado.

Da calidez al suelo y mejora la estética

Si de verdad quieres dar un cambio de imagen a la vivienda sin hacer obras y de manera sencilla, lo primero que hay que hacer es cambiar los suelos de toda la casa. Pero ¿sin obras? Pues, aunque no lo parezca, es posible. Los profesionales de Uniquewood nos han explicado cómo se puede instalar una tarima flotante sobre el suelo que ya había sin necesidad de levantarlo.

No es lo ideal, pues siempre es mejor quitar un suelo para poner otro, pero cuando solo hablamos de una capa de azulejo cerámico, por ejemplo, existe la posibilidad de instalar la tarima flotante sin necesidad de levantar ese suelo previo, lo que abarata costes pero también evita obras innecesarias. Además, tanto el suelo de madera aporta una estética mucho más hogareña a todas las estancias y su tacto, así como su textura, aportan calidez. Con las tarimas flotantes podremos caminar descalzos por casa en pleno invierno sin helarnos los pies (siempre y cuando caldeemos las habitaciones claro está).

El toque final

Y ya para terminar, ¿qué es lo que nos faltaría para conseguir el calor que nuestra vivienda necesita en invierno y que al mismo tiempo que nos caldea la estancia sea un elemento decorativo estético? Una bonita chimenea.

Ahora sí que estaréis pensando que nos hemos vuelto locos. ¿Una chimenea sin obras? Pues también es posible, aunque hay que elegir bien. Las chimeneas de leña natural necesitan salidas de humo, por supuesto, así como las de gas, pero ¿y las chimeneas eléctricas? Las chimeneas eléctricas están ahora muy conseguidas, parecen totalmente naturales y lo único que necesitas es un enchufe para poder instalarlas y conseguir un foco decorativo en el salón al tiempo que sirve como estufa caldeando toda la estancia.

Obviamente, si las quieres incrustas en la pared te toparas con esas dichosas obras pero tal vez no sea necesario. Actualmente hay a la venta chimeneas eléctricas con un diseño que permite la sencilla y cómoda instalación. Básicamente se trata de una estructura que imita a las chimeneas antiguas de metal (aunque también las hay con diseños más modernos y actuales) y que funcionan igual que una estufa, solo debes elegir el espacio donde la quieres poner y enchufarla a la luz, nada más.

Así, sin obras y con cuatro arreglos, conseguiremos cambiar radicalmente la estética de una estancia al tiempo que ganamos en aislamiento y eficiencia energética. ¿Y tú, te atreves?

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